Mientras toda la atención estaba puesta el dólar y el curso de la economía, el pasado 26 de agosto, el presidente firmó el decreto 591/19 que modifica Ley de Residuos Peligrosos. La norma, modifica aspectos sustanciales de las restricciones que hay para importar basura para su uso industrial y abre indiscriminadamente el acceso a desechos de todo el mundo, inclusive aquellos que pueden ser potencialmente peligrosos y contaminantes.
La constitución de la nacional establece que “todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”. Pasando por alto los preceptos básicos de la Constitución, esta normativa pone en peligro el medioambiente argentino y las consecuencias pueden ser muy graves.
En la modificación decretada, Mauricio Macri simplificó la consideración sobre qué es “Basura Peligrosa” y genera un campo abierto al ingreso de muchos residuos. En la nueva normativa, reduce el artículo 1° y elimina la descripción “de todo tipo de residuos, desechos o desperdicio procedente de otros países, cuya nómina de carácter no taxativo se indica en el anexo I del presente decreto.
Según la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR), en nuestro país se generan 40.000 toneladas de basura por mes y el 40% podría ser reciclado. “De esta cantidad solo se recicla la mitad gracias al trabajo cotidiano de los cartoneros (150.000 en todo el país)”, explican.
“En lugar de potenciar la recolección y reciclado de los residuos que tiramos los argentinos, se facilita la importación de los residuos de los europeos. Esto perjudica a los cartoneros que trabajamos de esa recolección y de la venta de ese material. Y en el medio de una crisis social y económica, significa que nos llevan al hambre”, expresaron en un comunicado.
Así el gobierno abre un espacio, para que otra vez el negocio lo armen los que más tienen y el mundo puedan desechar ” papel y cartón, la chatarra ferrosa, la chatarra de aluminio, los desechos de material plástico y el cascote de vidrio, entre otros” en nuestro territorio. En vez de pensar qué hacer con la basura que producimos acá, y aplicar políticas que tengan un anclaje en la ecología y el crecimiento sustentable.

Artículo anteriorLos 10 errores más frecuentes en los Curriculums vitae
Artículo siguienteNuevo debate por Península Mitre

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí