Hoy, 10 de octubre, es el Día Mundial de la salud mental y es un buen momento para reflexionar, concientizar y hablar de las cuestiones relativas a esta temática. La Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año propone un tema para profundizar, y este año se focalizará en la prevención del suicidio.
Según la OMS, “cada año, cerca de 800.000 personas fallecen por esta causa, y otras muchas intentan suicidarse. Cada suicidio es una tragedia que afecta a una familia, a una comunidad o a todo un país y que tiene consecuencias duraderas en las personas cercanas a la víctima. El suicidio no respeta edades y es la segunda causa de defunción entre los jóvenes de 15 a 29 años”.
Alan Robinson, escritor, actor y dramaturgo autor del libro Actuar como Loco, quien fue internado dos veces por diagnósticos relacionados a la locura, a través de sus redes sociales nos invita a construir otra mirada para abordar los temas de salud mental, “El día de hoy debería servir para promover proyectos como los grupos de apoyo mutuo y para que dejemos de sentir vergüenza si fuimos etiquetados con psicosis, bipolaridad, esquizofrenia, paranoia o lo que fuera”.
Respecto a la temática de este 2019, la prevención del suicidio, es una problemática que requiere la intervención de sectores distintos del de la salud y exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como de otros sectores, como por ejemplo los de la educación, el mundo laboral, la policía, la justicia, el derecho, la política y los medios de comunicación.
También es preciso derribar algunos mitos que se construyen alrededor del suicidio; pensemos cuántas cosas naturalizamos u ocultamos por pensarlo como un tabú.
Quien lo manifiesta no lo hará: las verbalizaciones no deben ser consideradas un alarde. Con frecuencia, quienes intentaron suicidarse previamente expresaron su intención con palabras, amenazas, gestos o cambios de conducta.
Preguntar incita a que lo haga: al contrario de lo que se cree, hablar con la persona sobre la presencia de pensamientos suicidas disminuye el riesgo de que lo haga y alivia su tensión. Es importante adoptar una postura de escucha auténtica.
La persona que se quiere suicidar no lo dice: no es así. Es importante saber que solo un escaso número de suicidios se producen sin aviso y que deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión cuando se evidencian.
Solo quien tiene un problema grave se suicida: hay que tener en cuenta que es multicausal. Muchos problemas pequeños pueden llevar al suicidio. Es imposible valorar, desde nuestro punto de vista, lo que para otros puede ser grave o menos grave.
El suicidio es impulsivo: puede ser el resultado de un acto impulsivo o de una planificación muy cuidadosa. Es por ello muy importante detectar las señales de alerta y conocer cuáles son los factores que reducen o incrementan la aparición de esta decisión.
