El proyecto de resolución del Movimiento Popular Fueguino (MPF), propone “rechazar en todos sus términos cualquier intento de instalar salmoneras”, además expone su preocupación por el desarrollo de la actividad de la salmonicultura en la localidad chilena, Puerto Williams, y el impacto ambiental en el ecosistema de la región.  

El proyecto expresa lo que muchos ambientalistas, famosos cocineros, lugareños y científicos vienen denunciando; argumenta que “el Mar de la Zona Austral en el Canal Beagle, nos vincula inescindiblemente a la República de Chile y si bien ello no implica cotitularidad de derechos soberanos, sino un ejercicio individual sobre espacios contiguos dentro de un ámbito delimitado por una frontera convencional, lo cierto es que dada la imposibilidad de dividir el entorno ecológico, finalmente único al no reconocer fronteras el medio ambiente, cualquier actividad de la salmonicultura y su explotación industrial en cercanías de la localidad de Puerto Williams, representa una potencial amenaza medioambiental de consecuencias inconmensurables e irreversibles para el ecosistema de la región, en especial para la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y sus habitantes que, amerita sin duda alguna, la intervención y actuación institucional oportuna, del Gobierno federal”.

Los legisladores del MPF Mónica Urquiza y Pablo Villegas, exhortan al Gobierno nacional, a que “concrete acciones diplomáticas y de vigilancia, en el marco de las reglas internacionales vigentes y, en particular, del ‘Tratado de Paz y Amistad entre la Argentina y Chile’ de 1984 mediante las instancias de concertación y negociación bilateral” por eventual concesión, por la República de Chile, de permisos de explotación para criar y explotar especies ictícolas salmónidas en las inmediaciones del canal Beagle. En este particular, atienden al mar de la Zona Austral, del Tratado de Paz y Amistad.

Finalmente, el bloque de Legisladores del MPF busca “prohibir, en la jurisdicción provincial, la explotación en criadero de salmónidas” y piden que sea la Cancillería de nuestro país, en el marco del Tratado de Paz y Amistad de 1984, quien “intervenga en el asunto”.

Esta actividad,cuestionada en todo el mundo y en particular en nuestro país, por el Foro para la Conservación del Mar Patagónico, que nuclea a más de veinte ONG, preparó un documento que define los principales problemas ambientales, económicos y sociales que genera la cría de salmones exóticos. Y los explica en siete puntos: 

1. El escape de salmones Los salmónidos exóticos que se escapan de las granjas depredan especies nativas de insectos, crustáceos, moluscos y peces.

2. El abuso de antibióticos, antiparasitarios y otras sustancias químicas La alta densidad de las jaulas y su proximidad a otras granjas de cultivo favorecen la propagación de enfermedades y parásitos.

3. Introducción y propagación de enfermedades y parásitos La propagación de la anemia infecciosa del salmón, conocida como virus ISA, que se cree que fue introducido en 1996 a través de la importación desde Noruega de ovas infectadas que luego mutaron, dejó al descubierto un grave déficit en los controles.

4. La acumulación de residuos sólidos y líquidos en el fondo marino Se calcula que el 75% del nitrógeno, el fósforo y el carbono que tienen los alimentos que se arrojan a los salmones no son consumidos y terminan bajo las jaulas y en sus alrededores. Esto provoca: la pérdida de biodiversidad y “el aumento de las concentraciones de amonio liberado en los excrementos de los peces fomenta el crecimiento fitoplancton tóxico”.

5. Los desechos contaminantes Como toda actividad industrial, la salmonicultura genera basura. Tras la crisis del virus ISA, en Chile, muchas empresas abandonaron sus instalaciones en medio del mar, lo que combina un riesgo para la navegación con la destrucción escénica, algo particularmente sensible en lugares turísticos

6. Sobrepesca El cultivo de peces que comen otros peces silvestres puede llevar a la sobrepesca. En el caso de los salmones, consumen pellets elaborados con harina y aceite de pescado que en general se hacen con anchoveta y sardina, aunque también con jurel y merluza, lo que ha llevado en algunos casos a su sobreexplotación

7. La interacción negativa con otros mamíferos marinos El espacio físico que usan las salmoneras coincide con el hábitat y la ruta migratoria de muchos mamíferos. A ellos se suman las altas concentraciones de nutrientes y materia orgánica, la contaminación química y acústica, la circulación de embarcación y los desechos generados, lo que ha llevado al desplazamiento de otros animales.

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