YPF informó que en la madrugada del domingo 15 se registró un incendio en el pozo donde, hasta el momento continúan trabajando intensamente para contener una fuga de gas, ubicado en cercanías al yacimiento Loma La Lata Oeste, en la formación geológica Vaca Muerta.
“En horas de la madrugada, se registró fuego en el pozo LLLO X-2, donde se viene trabajando para contener una pérdida de gas que se inició ayer”, indicó la compañía en el parte emitido este domingo.
La petrolera informó que “sigue en pie el perímetro de un kilómetro a la redonda establecido como protección en el día de ayer y se han extremado las medidas de seguridad”.
Además, aseguraron que comunicaron este hecho a las autoridades de la provincia de Neuquén, “con las que se mantiene un diálogo permanente”.
“YPF reitera que continúa poniendo a disposición todos los recursos para normalizar la situación en la mayor brevedad posible”, concluyó el comunicado.
Desde la madrugada del último sábado YPF se encuentra trabajando para contener una fuga de gas en el pozo LLLO X-2.
Ante este episodio, es importante refrescar qué es el fracking y cuáles son sus consecuencias. Hemos escuchado hablar a muchos funcionarios sobre el potencial económico de Vaca Muerta, pero ¿de qué se trata este método? Es una técnica que permite extraer el llamado gas de esquisto, un tipo de hidrocarburo no convencional que se encuentra literalmente atrapado en capas de roca, a gran profundidad. Luego de perforar hasta alcanzar la roca de esquisto, se inyectan a alta presión grandes cantidades de agua con aditivos químicos y arena para ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas metano. Cuando el gas comienza a fluir de regreso, lo hace con parte del fluido inyectado a alta presión.
Existen muchas investigaciones que denuncian sobre la posible contaminación del agua, fugas de metano y sismos, entre otros riesgos. Según Lilia América Albert, una reconocida científica especialista en toxicología, quien advierte que el componente inyectado, está basado en un 95 % de agua, un 4,5 % de arena y entre 0,5 % y 0,79 % de aditivos químicos. Éstos últimos, son los que generan más polémica, debido a que podrían incluir sustancias tóxicas, alergénicas y cancerígenas, que dejarían el subsuelo en condiciones irrecuperables.

Los impactos ambientales de la fracturación hidráulica denunciados son:
· Elevado consumo de agua y su pérdida para el ciclo hidrológico.
· Agotamiento de las fuentes de agua.
· Elevada generación de desechos tóxicos y dificultades para su manejo.
· Contaminación de los mantos freáticos y el agua superficial.
· Contaminación atmosférica.
· Migración de gases y sustancias del fluido hidráulico hacia la superficie.
· Contaminación del suelo por derrames y flujos de retorno.
· Emisión de gases de efecto invernadero (metano y otros).
· Sismicidad inducida.
· Contaminación acústica.
· Impactos paisajísticos adversos.
· Alteración de la biodiversidad.
Según Albert, “El reconocimiento del enorme potencial de este importante recurso solo podrá lograrse resolviendo las controversias actuales mediante investigaciones adecuadas, políticas sustentables y regulaciones eficaces. Las regulaciones fundadas en hechos y las políticas con base en datos científicos sólidos son cruciales si se desea disponer del gas de lutitas (roca sedimentaria), al mismo tiempo que se asegura la protección de la salud humana y el ambiente”.
El incendio de uno de los pozos de Vaca Muerta nos pone en alerta y nos invita a preguntarnos si existe una correcta regulación de este recurso, ya que de lo contrario la consecuencias de un desastre mayor podrían ser irreparables.