Tras la renuncia del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en medio de la crisis económica que se agudizó luego de la aplastante derrota del Gobierno Nacional en las Paso, el equipo del presidente Mauricio Macri convocó al ministro de economía de la provincia de Buenos Aires para ocupar una de las áreas más calientes.

Desde varios sectores incluso afines al gobierno se reclamaban cambios en el gabinete, y fue Dujovne el primero en abandonar el barco. Presentó su renuncia al cargo que ocupaba desde enero de 2017, y le envió una carta a Mauricio Macri expresándole que “la gestión que lideras necesita una renovación significativa del área económica”.

El nombre de Hernán Lacunza, ministro de María Eugenia Vidal, estaba entre los candidatos para hacer un cambio de figuras en el gabinete económico, aunque en medio de la campaña por las generales, era un movimiento arriesgado. Sin embargo, luego de la carta de Dujovne al presidente, se terminó de confirmar el cambio de Provincia a Nación para Lacunza.

En su carta de renuncia, Dujovne destacó que su gestión tuvo logros en la reducción del déficit y del gasto público, en la reducción de impuestos distorsivos en las provincias, en recuperar el federalismo” y señaló: “También, sin dudas, hemos cometido errores, que nunca dudamos en reconocer e hicimos todo lo posible por corregir”.

Luego del anuncio de las medidas económicas del presidente, contrarias al plan económico de Dujovne que sostenía sobre todo el recorte del gasto público, e iban a contramano de los términos del acuerdo con el FMI, su salida era inminente.

Por su parte, el nuevo ministro, Hernán Lacunza fue director del Centro de Economía Internacional, dependiente de la Cancillería. Luego, economista en jefe y Gerente General del Banco Central de la República Argentina y ya durante la gestión de Mauricio Macri en la ciudad, ocupó la Gerencia del Banco Ciudad de Buenos Aires. Tiene buena relación con el titular del Banco Central, Guido Sandleris. Además, desarrolló su carrera en la Fundación Capital, junto a Martín Redrado y Carlos Pérez, actual vicepresidente del BAPRO. Ya estuvo en contacto con Roberto Cardarelli, el encargado del FMI de auditar las cuentas públicas del Gobierno.

Por supuesto, está alineado con las políticas de Juntos por el Cambio, y de su antecesor, con quien coincide respecto a la necesidad del equilibrio presupuestario y de que la nueva deuda pública debe destinarse exclusivamente a obras de infraestructura. 

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