El día de hoy se definió como  Día Mundial del Suelo, luego de que la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) solicitara establecer esta fecha para crear conciencia e informar a la población, sobre la necesidad de un terreno sano y entero. Cada año, en el Día Mundial del Suelo se elige un lema en especial para darle importancia y diferencia a cada celebración. En el 2019, la frase elegida fue: “Detengamos la erosión del suelo, salvemos nuestro futuro”. Y es un buen momento para reflexionar acerca de cómo está la Argentina en relación al cuidado del suelo. A priori, lo primero que se piensa es en la práctica extendida de utilización de agroquímicos en las regiones agrícolas, por otra parte hay una tendencia extractivista de los recursos mineros e hidrocarburíferos que en reiteradas ocasiones han recibido denuncias y críticas de especialistas por su gran potencial contaminante que afecta a las poblaciones que históricamente han vivido en los lugares donde se realizan estas actividades. Si bien existen propuestas de producción orgánica de alimentos, o actividades sustentables que promueven el cuidado del suelo, es una materia pendiente que precisa controles efectivos y el desarrollo de actividades que respeten la biodiversidad del suelo. La  Argentina aparece  como uno de los países con mayor consumo de glifosato en el planeta, siempre en términos de cantidad de población,  “Así, mientras que naciones como Estados Unidos promedian anualmente 0,42 litros del herbicida por habitante, en Argentina se ostenta una pauta de 4,3 litros por cada persona que puebla nuestra geografía. El glifosato, además de la presencia en la tierra, se traslada a través del viento, lo estamos respirando. “Está cayendo en las gotas de lluvia; en el agua la concentración no es tan alta, pero también está presente”, según Patricio Eleisegui –periodista y escritor-,  que desarrolló una conferencia sobre el uso indiscriminado de pesticidas y las consecuencias que ello conlleva en el territorio nacional. Es autor de dos libros: “Envenenados” y “Fruto de la Desgracia”.

Los cuestionamientos ambientales a los extractivismos están en pleno proceso, en nuestro país y en las últimas semanas de otros países de latinoamérica, llevados adelante por  movimientos de base urbanos, como en especial con organizaciones campesinas o indígenas en los espacios rurales. Es por ello que en esta fecha deben promover una reflexión activa sobre la urgencia  por incrementar la sensibilización a nivel mundial, para lograr establecer y fortalecer modelos de producción que protejan y fomenten el cuidado del suelo, para lograr que no sea solo un recurso sino también el lugar para construir y garantizar el bienestar de la humanidad, el de las futuras generaciones y el de todos los seres que habitan este suelo.

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