La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una iniciativa a la que llamó Solidaridad y que consiste en un estudio clínico en el que 10 países investigarán de manera simultánea la efectividad de cuatro drogas para tratar a pacientes de COVID-19. El objetivo es recopilar la mayor cantidad de datos en el menor tiempo posible, así que en vez de trabajar en el desarrollo de nuevos fármacos, un proceso que puede durar años, los participantes de esta investigación verán si alguno utilizado para combatir otras enfermedades pueden ayudar a neutralizar el Coronavirus.
Por ahora, sin tratamiento ni vacuna que haya demostrado efectividad contra el COVID-19, los médicos no pueden más que trabajar para aliviar los síntomas de la enfermedad. Ante ello, la OMS entiende que las medidas más importante para combatir el coronavirus son el lavado de manos, cubrir la boca y nariz con el interior del codo cuando toses y estornudas, evitar tocarte boca, nariz y ojos y mantener la distancia de mínimo un metro de distancia con otras personas.
Normalmente lleva años desarrollar una vacuna efectiva y segura. Según la Asociación Alemana de Empresas Farmacéuticas, hay al menos 47 proyectos en curso a nivel mundial centrados en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus. Uno de los líderes en esta área es la empresa alemana CureVac.
Argentina, Bahréin, Canadá, Francia, Irán, Noruega, Sudáfrica, España, Suiza y Tailandia se han unido al estudio, en el que esperan la participación de miles de pacientes.
Ana María Henao-Restrepo, investigadora del Departamento de Vacunas y Productos Biológicos de Inmunización de la OMS citada por la revista Science, dijo que este proyecto lo están haciendo “en tiempo récord”.
Según Henao-Restrepo, la OMS espera tener documentación y centros de manejos de datos de esta investigación a partir de la última semana de marzo.
Rutherford afirma que, con un “cálculo hiperoptimista” y si no hay problemas logísticos, un estudio de este tipo podría arrojar resultados en un mes.
Paralelo a este estudio internacional, la OMS ha dicho que científicos de varias partes del mundo trabajan en el desarrollo de al menos 20 posibles vacunas contra el covid-19.
Cuatro candidatos
- Remdesivir
Diseñado originalmente para tratar el ébola, el remdesivir no mostró ser efectivo. Sí parece, sin embargo, tener potencial en contra de los coronavirus según pruebas de células cultivadas en laboratorios.
También hay reportes anecdóticos de que ha sido beneficiosa para pacientes de covid-19, pero eso no es suficiente para afirmar que la droga es efectiva.
Entre los fármacos incluidos en el proyecto Solidaridad, el remdesivir “parece tener la más potente actividad anticoronavirus en las pruebas de laboratorio”, según le dice a BBC Mundo Stephen Morse, director del programa de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Columbia (EE.UU.).
- Cloroquina/hidroxicloroquina
La cloroquina se utilizó durante muchos años para el tratamiento de la malaria, hasta que el parásito que produce esta enfermedad generó resistencia al medicamento.
“Si funciona para la malaria, no necesariamente significa que funcionará para el covid-19″, advierte Rutherford.
Este medicamento tiene la ventaja de que se administra vía oral y es barato, pero también produce efectos secundarios como dolor de cabeza, mareos, pérdida del apetito, malestar estomacal, diarrea, vómitos y erupciones en la piel, indica la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
Pero también tiene el peligro de que es relativamente fácil de conseguir y su aparición en las noticias en relación al covid-19 ha hecho que se reportaran casos de envenenamiento.
- Ritonavir y lopinavir
La combinación de estas dos drogas se ha utilizado para el tratamiento del VIH.
Los expertos consultados coinciden en que esta mezcla no ha mostrado resultados alentadores contra el coronavirus.
“Pero uno nunca sabe, es razonable volver a probar”, dice Rutherford.
- Ritonavir/lopinavir e interferon-beta
La cuarta opción de terapia que probará el estudio Solidaridad es la mezcla de ritonavir y lopinavir junto con interferon-beta, una molécula que ayuda a controlar la inflamación y que ha mostrado ser efectiva en animales infectados con síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés).
Los especialistas advierten que es clave ser cuidadosos con el momento en el que se administran ya que, si se aplican en etapas muy avanzadas, podrían ser poco efectivos o incluso causar más daños que beneficios al paciente.
Ahora solo es cuestión de tiempo para conocer los resultados del proyecto Solidaridad, pero según Morse: “Este es un gran paso hacia adelante”.