Las mujeres y las diversidades son quienes se encuentran más expuestas a la precarización de sus condiciones de vida en el actual contexto de aislamiento social por el coronavirus, coincidieron en afirmar tres referentes de la economía feminista -Paula Español quien se desempeña en la actualidad al frente de la Secretaría de Comercio Interior, Corina Rodríguez Enríquez que es Doctora en Ciencias Sociales y titular de la cátedra de Economía y Género de la Universidad de Buenos Aires y Verónica Gago es Doctora en Ciencia Sociales, docente de Economía Internacional y militante del colectivo Ni Una Menos.

En relación a lo que representa el coronavirus en la actual coyuntura, Rodríguez Enríquez dijo que frente a la pandemia “lo primero que me aparece es la idea de una profecía autocumplida, pensando desde la perspectiva de la economía feminista que hace tiempo que sostiene la insustentabilidad de la vida en el marco de este sistema, esta idea del conflicto capital-vida como el conflicto central de nuestras sociedades, en el que la lógica de acumulación del capital es incompatible con la sostenibilidad de la vida”.

Gago, por su parte, sostuvo que “la crisis que se profundiza con el coronavirus, lo que hace es funcionar como catalizador y acelerador de procesos que ya estaban en marcha: la precarización del trabajo, la importancia de los trabajos de reproducción social y en particular, lo que refiere a la financiarización de la vida cotidiana”.

Desde la óptica de quien gestiona políticas públicas, Español sostuvo que la pandemia modificó los ejes iniciales de gestión: “Nosotros queríamos gestionar la reconstitución de la Argentina y ahora hay que gestionar esta situación de crisis”.

“Creo que en el marco de la gran crisis económica y de las dificultades inocultables e innegables que tiene esta situación de la pandemia, también nos puede permitir buscar herramientas que nos ayuden a mejorar la gestión y que nos ayuden a mejorar las políticas públicas”, agregó la titular de la Secretaría de Comercio Interior.

Español, Doctora en Economía y miembro del colectivo “Mujeres Gobernando”, advirtió que la crisis del coronavirus profundizó las desigualdades de género, al mismo tiempo que visibilizó el impacto desigual de las medidas de aislamiento social sobre las mujeres y las diversidades.

“Ante una situación como la actual, ¿quiénes están más afectados desde el punto de vista económico, que además también terminan estándolo desde el punto de vista sanitario por sus condiciones habitacionales? Aquellos que viven en la informalidad y que trabajan en la informalidad. Lo que vemos es que el colectivo de mujeres son las que menos ingresos van a tener, aquellas que no tienen ingresos son las que más expuestas van a quedar en los hogares, donde además, hay violencia de género.

Porque uno de los puntos que somete a las mujeres a la violencia de género es la dependencia económica”, alertó la funcionaria.

Con un tono similar, Gago dijo que “el impacto de los desalojos, a pesar de que hay un decreto presidencial que los prohíbe, se siguen sucediendo, tanto en el mercado inmobiliario formal como en el informal. Y además, el 60% de les inquilines en una encuesta que se hizo, ya dicen que no saben cómo van a pagar el alquiler de mayo, entonces esa es una bomba que explota el mes que viene, y ¿cómo logran postergar esa bomba? Endeudándose. Y esto recae sobre las mujeres jefas de hogar, con hijes, lesbianas, travestis, trans”.

Al realizar un diagnóstico de la situación, Rodríguez Enríquez dijo que “existen algunas cosas que, aún sin datos, podemos decir que seguramente estén ocurriendo. Una es el incremento de los tiempos de cuidado. Si no hay escuela, no hay espacios de cuidado, no hay posibilidad de derivar los cuidados fuera del hogar, los tiempos de cuidados desde el hogar se incrementan. Y, si tomamos como dato la información de uso del tiempo que teníamos de antes, la hipótesis, de muy alta comprobación, es que el tiempo de trabajo de las mujeres se ha incrementado más que el de los hombres”.

“Y lo otro que señalaría en términos de desigualdades, es que las medidas de aislamiento social han implicado impactos económicos que también afectan desigualmente. Por ejemplo, a las trabajadoras de casas particulares, a las trabajadoras de la salud, que son actividades altamente feminizadas. Y luego, todo el trabajo informal donde las mujeres estamos sobrerrepresentadas”, remarcó.

De cara al mediano plazo y la perspectiva post pandemia, Gago dijo que “un ámbito de disputa estratégica -como país- es poder salir de esta crisis menos endeudados”.

“Porque la deuda no es una solución, es una postergación del problema que después estalla con más violencia”, enfatizó Gago sobre el actual proceso de reestructuración de deuda que lleva adelante el gobierno.

Español afirmó que “no caben dudas que se hizo muy explícito el peso de la labor, del trabajo no remunerado en el hogar y me parece que, desde las políticas públicas, esa visibilización es un tema a no perder desde un punto de vista feminista”.

Por último, Rodríguez Enríquez dijo que “tenemos un gran desafío porque tenemos una enorme desmovilización, ya que no nos podemos juntar, porque en algún sentido, como decía la economista feminista Cristina Carrasco, la cuarentena es un arma legítima de desmovilización. Entonces, ahí tenemos un desafío muy grande de cómo recrear nuevas formas de resistencia”.

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